TERAPEUTA GESTALT

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Salud hormonal a partir de los 35

Cris

Cris

Terapeuta gestalt especializada en reprocesamiento del trauma y en acompañamiento psicológico a la salud sexual de la mujer. Hago consulta presencial en el Alt Empordà y también en formato online.

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Parece ser que el auge de hablar y aprender a reconocer el ciclo menstrual ya ha pasado, ya no estamos en una fase de desconocimiento y tenemos un montón de autoras que han dedicado su tiempo a la divulgación. Es de agradecer porque, a pesar que aún nos queda camino a las activistas menstruales, en algunas sociedades ya no es un tema tan tabú. Ahora necesitamos ampliar más y más la información para entender qué nos pasa a algunas mujeres después de los 35.

El ciclo menstrual comprende todo lo que acontece entre sangrado y sangrado, esto implica cambios constantes en el cuerpo, te invito a conocer el baile que se marcan nuestras hormonas y cómo te va afectando en tu cuerpo.

Hace unos días una mujer me comentaba en sesión el desespero ante diferentes hipótesis que tenia encima la mesa con su gine: tu ciclo es irregular porque tienes mas de 35 y no tienes hijos, esto que te pasa es por tu sobrepeso, ya te avisé que no dejaras las anticonceptivas… No me quiero meter en valorar estas sentencias. Vengo con una propuesta, la que a mi me está sirviendo, para que aprendamos un poquito mas sobre nuestro cuerpo y cuando vayamos a la consulta podamos contra-argumentar o sembrar la duda.

¿Conoces cómo está tu salud hormonal?

Las alteraciones hormonales, principalmente de los estrógenos y la progesterona, son las responsables de producir cambios de humor, producir trastornos menstruales, síndrome premenstrual, amenorrea… la relación y equilibrio entre ellas dependerá la salud de la mujer en general, la salud sexual y reproductiva en particular. En nuestro ciclo intervienen, principalmente, 4 hormonas: estrógenos, LH, FSH y progesterona.

Los estrógenos son las hormonas sexuales esteroideas producidas por los ovarios, la placenta durante el embarazo y en menor cantidad por las glándulas adrenales. De esta hormona depende el desarrollo de algunas características sexuales de la mujer, como el crecimiento de las mamas y sus conductos, el ensanchamiento de las caderas, la aparición del vello púbico y el ciclo menstrual.

En un ciclo saludable, el nivel de estrógenos registra su nivel más bajo con el inicio del sangrad. Después, este nivel se eleva de forma gradual hasta alcanzar su mayor concentración en los primeros siete días del ciclo. Más tarde, su nivel baja levemente hasta que progresivamente alcanza un segundo pico alrededor de cuatro o cinco día después de la ovulación. A partir de ese momento, se mantiene un nivel alto de estrógenos hasta unos cuatro días antes de la menstruación, momento en el que se inicia un descenso significativo que da paso a un nuevo ciclo.

La disminución del nivel de estrógenos afecta al comportamiento emocional: irritabilidad, estado depresivo, etc. En cambio su incremento potencia sentimientos de acción y de necesidad de actividad.

Los estrógenos mejoran el aspecto de la piel porque influye en la producción de colágeno, en los procesos de regeneración de la piel, pelo y uñas. También actúa sobre la distribución de la grasa corporal y refuerza el óptimo funcionamiento del sistema cardiovascular. Intervienen sobre el metabolismo de los huesos, impidiendo la pérdida de calcio, manteniendo la consistencia del esqueleto y previniendo la osteoporosis. Además estimulan el deseo sexual. Los niveles adecuados de estrógenos favorecen el correcto funcionamiento del cerebro porque colaboran en el suministro del flujo sanguíneo y la glucosa cerebral.

La hormona luteinizante (LH) es producida por el lóbulo anterior de la hipófisis o glándula pituitaria. De ella depende el control de la maduración de los folículos. Su función es inducir la secreción de hormonas esteroideas foliculares, preparar al endometrio ante un posible embarazo, y en el caso que no haya implantación provoca que el folículo se rompa y se transforme en el cuerpo lúteo y, por tanto, se lleve a cabo la expulsión del óvulo.

También estimula la ovulación y la secreción de progesterona. La LH presenta niveles bajos hasta la pubertad y éstos vuelven a decrecer a partir de la pérdida de la fertilidad. En la etapa fértil, esta hormona alcanza sus niveles más altos coincidiendo con la ovulación.

La hormona foliculoestimulante (FSH) es producida por la glándula pituitaria. Estimula la producción de ovocitos y la secreción de estrógenos y de inhibina. La FSH regula la fase folicular de la ovulación. A partir de la pubertad tanto esa hormona como la LH indican a los ovarios que deben comenzar a producir estrógenos. Esto hace que el cuerpo de las niñas madure progresivamente para la llegada de la menarquia y la fertilidad.

La progesterona es una hormona esteroidea cuya presencia resulta determinante para el desarrollo del ciclo menstrual y también para el embarazo. Es liberada por los ovarios y posteriormente por la placenta, aunque también se sintetiza en pequeñas cantidades en las glándulas adrenales y en el hígado. Esta hormona comienza a producirse con la menarquia. Después, a lo largo de toda la etapa fértil, continuará produciéndose con cada ciclo menstrual hasta desaparecer con la plenopausia (aquí hablamos de PLENOPAUSIA cuando nos queremos referir a la menopausia).

La progesterona interviene principalmente durante la segunda parte del ciclo menstrual estimulando diversos cambios en el endometrio para que se pueda implantar adecuadamente el embrión. Sus niveles permanecen relativamente bajos durante la fase preovulatoria; pero suben después de la ovulación y se mantienen elevados a lo largo de la fase lútea. Al producirse la ovulación los ovarios comienzan a producir progesterona. A partir de ese momento es cuando esta hormona interviene en el endometrio haciendo que éste segregue las proteínas encargadas de nutrir al óvulo fecundado, generando así las condiciones idóneas para el desarrollo del embrión. La progesterona es esencial para que se produzca la lactancia, ya que estimula el aumento de las glándulas mamarias para la secreción de la leche. Entre la octava y la décima semana de embarazo, la placenta reemplaza a los ovarios en la labor de producción de progesterona. Si el óvulo no es fecundado por el contrario, el exceso de esta hormona será expulsado con la sangre menstrual. De la progesterona también depende el proceso de engrosamiento y sujeción del endometrio en el útero. Cuando bajan los niveles de progesterona el endometrio comienza a desprenderse, iniciándose así la menstruación. Es esencial para el desarrollo de diversas características sexuales femeninas y también para mantener el útero relajado e incrementar las secreciones del cuello uterino y su vascularización mucosa.

Por su acción en el cerebro y el sistema nervioso central, influye sobre la temperatura corporal, aumentando la temperatura central los días de la ovulación. Estimula la respiración, incrementando la frecuencia de la ventilación pulmonar. Colabora con los estrógenos para la adecuada elasticidad de la piel y la solidez de la estructura ósea. Regula la respuesta inmune del organismo al comportarse también como agente antiinflamatorio. Estimula la retención de líquidos en senos, abdomen y piernas, con el consiguiente aumento de peso, sobre todo en la segunda parte del ciclo, entre la ovulación y la menstruación.

Deseo que con ésta información muy resumida, puedas hacerte un mapa de cómo se encuentra tu salud sexual y si puedes, después de ver cómo interactúan, observar cómo se manifiestan en tu ciclo y si generan algún tipo de desequilibrio.

¿Qué necesitan mis hormonas?

Si pudiéramos vivir en un mágico jardín comestible, repleto de verduras y frutas eco de verdad, si nuestra vida fuera libre de preocupaciones, dramas familiares y pudiéramos gozar de 8 horas de sueño reparador; si pudiéramos vivir sin un solo químico artificial…. seguramente nuestras hormonas +35 estarían divinas.

El caso es que la realidad que atraviesa algunos cuerpos nos trae estrés, mala nutrición, falta de tiempo para el ejercicio regular y el sueño, e incapacidad para lograr mantener la proporción óptima de grasa corporal para nuestros cuerpos serranos. Aunque no existe una receta milagro para regular la salud hormonal, nuestro estilo de vida es fundamental para marcar nuestros niveles hormonales.

Cosas que puedes probar y ver después si mejoran algunos de los síntomas;

  • Alimentación: Evita las grasas trans, especialmente si estás en un proceso de fertilidad. Aumenta la ingesta de frutos secos, semillas, pescado de agua fría como el salmón o la sardina, es una forma de darle aceites vegetales insaturados al cuerpo. Disminuye la proteína animal e incrementa la proteína vegetal. Elige hidratos de carbono de digestión lenta, mínimo, una comida al día: los puedes encontrar en frutas y hortalizas frescas, granos integrales y alubias. Toma una buena cantidad de hierro: espinacas, tomates, remolacha, alubias, calabaza…
  • Autocuidados: Si me sigues de hace tiempo sabrás que soy muy crítica con la organización de la Norma-Sistema para que podamos dedicar tiempo al cuidado. No nos lo pone fácil. El caso es que reducir el estrés, dormir de calidad de forma habitual y poder organizar tu tiempo para moverte es beneficioso para regular nuestra vida hormonal.
  • ¡Cuidar tu hipotálamo por la noche!: En relación al sueño y al descanso, has de saber que cualquier luz, por pequeña que sea, queda recogida por la glándula pineal. La GP produce melatonina que afecta directamente al hipotálamo, por inocua que parezca la luz de la luna por la ventana, la luz del despertador, la luzecita del teléfono cargando, encender la luz para el pis de media noche, puede afectar y crear irregularidades que se reflejan en tu ciclo.
  • Vigila el contacto con los disruptores endocrinos: a menos que vivas aislada en una cueva, es bastante improbable que puedas evitarlos por completo. Encontramos estos químicos en la tinta de los tiquets de compra, en los parabenos de algunos productos de higiene, los envases de plástico, pesticidas, materiales de construcción, ambientadores…. ¡No estresarse! Simplemente intenta tenerlo presente a la hora de comprar ciertos productos y lo que puedas usar que sea eco-friendly, mucho mejor.
  • Apoyarte con plantas medicinales. Te dejo algunas plantas que nos pueden servir son el sauzgatillo, la alfalfa, la zarzaparrilla, la borraja, el avellano, artemisa, salvia, maca y caléndula. Te aliento a investigar, leer y conocer sobre estas plantas. Luego si lo necesitas o tienes dudas, puedes concertar una visita conmigo. Los desequilibrios hormonales están íntimamente vinculados con la salud de nuestro hígado, ayudarlo con medicinales puede ser un gran apoyo.
  • También con las Flores de Bach: aunque prefiero buscar las plantas idóneas para cada persona puede ser útil, en lo genérico, la combinación de Scleranthus, Impatiens, Mustard, Crab Apple y Agrimony.

Antes de terminar, necesito nombrar a la gran Xusa Sanz, mujer inspiradora sobre el conocimiento acerca del ciclo menstrual dónde las haya. Cuando hablamos de salud hormonal, normalmente, lo hacemos pensando en procesos de fertilidad. Ella apuesta también por estudiar el ciclo menstrual de forma extrareproductiva, porque es algo que va a tener un efecto sobre la vida de las mujeres aunque no planeen ser madres.

En el siguiente enlace de descarga puedes encontrar algunos libros de cabecera de maravillosas mujeres que dedican su tiempo para que nosotras podamos aprender sobre nuestras hormonas.