De la ovulación depende, en general, nuestro sangrado menstrual. Digo por lo general porque también existen los sangrados por deprivación y los sangrados por ciclo anovulatorio. Un ciclo menstrual sano es una ciclo antecedido por la ovulación.
El hecho de no ovular de vez en cuando no debe preocuparte pero si sucede con frecuencia o si se detiene completamente es indicativo que nuestro cuerpecito nos está dando un aviso, o dos.
La ovulación parece que toma lugar en nuestras vidas sólo cuando hablamos de fertilidad o de gestación pero la realidad es que la ovulación afecta a la densidad de nuestra masa òsea, salud cardíaca, interfiere en el metabolismo, en la calidad del descanso, el equilibrio de nuestra salud emocional, física y mental por la estrecha relación con la segregación de melatonina y serotonina. Así que cualquier disrupción con la ovulación lo que hace es desactivar hormonas muy importantes para nuestro equilibrio.
Sin ovulación no hay progesterona. ¿Conoces lo que hace la progesterona en tu cuerpo?
Es la hormona responsable de cuidar nuestra microbiota vaginal y la del endometrio. Es gracias a ella que madura y se nutre el endometrio. También nos protege de la depresión, ansiedad o desvaríos emocionales porque es neuroprotectora y cuida de nuestro sistema nervioso. Tiene otras virtudes como:
- Compensa los estrógenos, que no es que sean malos, pero debido al tipo de cultivo del modelo actual, hay una sobre-estrogenización en nuestro cuerpo porque nuestro hígado no puede sintetizar
- Estimula las glándulas tiroideas
- Ayuda al desarrollo muscular
- Cuida la pérdida de cabello
Sin ovulación nos perdemos la fase folicular y sufrimos desequilibrio hormonal que a mayor edad, mayor complicaciones trae a nuestro organismo.
Las tradiciones de la Tierra y la Ginecología Natural
Desde algunas tradiciones aún muy conectadas a la sabiduría de la Tierra, todos los cuerpos son interdependientes, haciendo de su existencia una harmonía perfecta. La ovulación nos habla de la voluntad, del buen querer, de la fuerza para saltar al vacío y ponernos en movimiento. La ovulación es acción que puede convertirse en vida, es un salto de fé dónde la ovocita se queda en medio de la oscuridad, sosteniendo su propio vacío fértil, a la espera de lo que le venga. Si hay que mutar, muta. Si hay que morir, muere y cierra un ciclo integrándose de nuevo. Es la vida abriéndose paso con pequeñas contracciones de nuestros ovarios, los que, cuál máquina perfecta, trabajan en conjunción para alentar al ovocito a dejarse atravesar por el misterio de la vida. Mi maestra Andrea de Escuela Sabiduría y Salud Femenina, que es quien me nutre y enseña parte de Ginecología Natural, nos dice acerca de los procesos anovulatorios:
A veces el óvulo sale sin fuerza
A veces no da ese salto de confianza
A veces despiertan más ovocitas de las que podemos sostener
A veces se pierden por el camino, sin dirección, sin certeza
A veces se van enquistando
A veces se van endureciendo
A veces se deja de ovular
A veces, y sólo a veces, la anovulación nos está hablando de nuestro poder creativo, de la falta de fuerza, coraje y confianza y así la motivación se disipa y la voluntad se nubla.