TERAPEUTA GESTALT

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El sangrado de cualquier método anticonceptivo hormonal no es menstruación

Cris

Cris

Terapeuta gestalt especializada en reprocesamiento del trauma y en acompañamiento psicológico a la salud sexual de la mujer. Hago consulta presencial en el Alt Empordà y también en formato online.

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¡Aviso! Este articulo tiene la única pretensión de ampliar  información para que puedas tomar la decisión que quieras L I B R E M E N T E. 

Es muy común que se prescriba alguno de los métodos anticonceptivos existentes en el mercado para «regular la menstruación». En realidad no la regulan, lo que hacen es generar un sangrado por abstinencia que no es una verdadera menstruación. ¿Lo sabías?

Una menstruación verdadera es la que se genera a raíz de una serie de acontecimientos hormonales que permiten el sangrado al final de un ciclo ovulatorio natural. Por lo tanto la ovulación es el evento principal de nuestro ciclo menstrual. Así que cualquier sangrado que no sucede más o menos dos semanas después de la ovulación, no puede considerarse una verdadera menstruación.

Lara Briden lo cuenta muy bien : «Si la ovulación es el principal evento del ciclo menstrual y la píldora anula la ovulación, eso significa que obviamente la píldora o cualquier método anticonceptivo no pueden inducir o regular el ciclo menstrual».

Entonces, ¿Cómo funciona el sangrado cuando tomamos anticonceptivos?

Cualquier método anticonceptivo que combine estrógeno y progestina puede inducir un sangrado por abstinencia y programarlo con una regularidad mensual. Nuestro ciclo menstrual es habitualmente mensual porque es el tiempo que necesitamos para preparar la ovulación, vivirla y luego entrar en la fase lútea, con la danza de progesterona correspondiente. Al bajar los índices de producción de progesterona se acontece la bendita menstruación. 

Cuando tomamos la píldora o usamos el anillo no sucede ninguna de esas cosas: no hay ovulación, no hay fase lútea y no hay progesterona. Cuando usamos anticonceptivos hormonales bloqueamos el estradiol y la progesterona de nuestro cuerpo para anular las funciones ováricas. Lo que nos metemos en el cuerpo son drogas anticonceptivas que aunque imiten las hormonas, no lo son. Lo que sangras es química y podría evitarse. 

El estrógeno y la progesterona son indicadores de salud, son hormonas que inciden en nuestro organismo de muchas formas: el estrógeno es un fantástico componente para fortalecer músculos y huesos, mejora la sensibilidad a la insulina y activar la dopamina y la serotonina, dos neurotransmisores de la felicidad.  La progesterona, en las anticonceptivas, se substituye por progestina, un esteroide fabricado para parecerse a la progesterona. Lo que pasa es que los efectos de la progestina en nuestra salud generan efectos negativos en los aspectos en los que la progesterona tiene efectos positivos: el vello, la regulación del sueño, la piel o la pérdida de cabello. 

Lo único bueno de la progestina es que ayuda a adelgazar el endometrio o el revestimiento uterino de la misma forma que lo hace la progesterona, generando así menos inflamación y sangrados menos abundantes y/o dolorosos. 

 ¿Y porque se sigue vendiendo? 

Pues porque hay situaciones ginecológicas muy complejas y que generan muchísimo sufrimiento, como el SOP, la dismenorrea severa o la endometriosis. Hay mujeres que han probado de todo y no les ha funcionado nada o han encontrado muy poca mejora. Pero también hay otras mujeres que por desinformación, no han probado otras opciones y es necesario conocer todas las posibilidades para tomar la mejor decisión para tu territorio-cuerpo.