Sí, amiga, el feminismo es terapéutico y sin su perspectiva no es posible encontrar el camino hacia la propia voz. Imagino que si has llegado hasta este rincón de la web estarás de acuerdo conmigo en que la mirada de género es reparadora de por sí, aunque a veces pueda parecer que está demasiado rato en la herida colectiva.
Negar la evidencia no nos lleva a ninguna parte
Cuando la ves, ya no hay vuelta atrás. A mí a menudo me genera contradicciones de mala feminista, no te negaré que me queda mucho trecho por de-construirme de nuevo. Estoy en el camino. Por el momento puedo abrir los ojos a la desigualdad, reconocer la desventaja y abrazar la vulnerabilidad que siento cuando no sé más. Soy consciente de que ahora mismo estoy dejando a algunas personas fuera. Tengo un debate pendiente con una buena amiga para ir saliendo de esa idea binarista del femenino y el masculino.
La rabia es necesaria
La rabia nos empodera y nos da acción. Es catártica de por sí. Y veo la represión rabiosa en las sesiones, la mía y la vuestra, siempre digo lo mismo: la rabia es el resultado de entender que nuestra voz, nuestro lugar, ha sido silenciado. Ver esto es sólo el primer paso. No calles, no acates y, si tienes fuerzas, conecta con las verdades incómodas.
Habitarnos: Lo personal es político
Habitarse pasa por entender que lo personal es político ya la inversa.
No existen caminos más cortos para el cambio individual y social; van cogidos de la mano. Devolver partes de nuestros síntomas a la esfera de lo político es necesario para dejar de entender como propio lo que nunca debíamos haber hecho nuestro. La opresión patriarcal y capitalista tiene un impacto muy grande en nuestra salud mental y es literalmente imposible luchar contra una opresión que no somos capaces de ver. El machismo y la opresión interseccional son como un pulpo de grandes tentáculos, tan invisibles a veces, que se necesitan unos ojos entrenados para ver su sutileza
.El otro día leía una frase que decía: no deseo que las mujeres tengan más poder sobre los hombres, sino que tengan más poder sobre sí mismas. Es literalmente imposible devolver al poder propio sin tener en cuenta las diversas opresiones, de no hacerlo, estamos perpetuando lo mismo.
Por hoy me quedo aquí, dejando que esta carta tome un espacio dentro de ti y que orgánicamente dibuje un mapa para ver en qué punto de la partida estamos cada una. Si te apetece compartir tu parecer conmigo, ya sea por qué te sientes interpelada o porque tienes necesidad de compartir, recordarte que me encanta cuando lo haces.